ANA IACONO
Desde lo subjetivo
Desde lo subjetivo - Serie de diez obras de Ana Iacono, Inspiradas en el poema “La piedra infinita”, de Jorge Enrique Ramponi.
Al abordar este tema lo hago desde mi visión personal sin pretender competir con la psicología, nada más alejado de ello. Ocurre tan solo que el título de la serie me indujo a escarbar y surge lo siguiente.
Lo subjetivo. Un lugar donde las cosas están fraccionadas, circulan como en una pecera, donde "cosas" inanimadas acompañan a los seres vivos. Lo subjetivo busca asomar en superficie y aun ahí tampoco logra resolver sus dilemas... Decide usar los sentidos y absorbe saberes, vivencias, adquiere costumbres, verifica y asocia ideas con las cosas, cosas con emociones, emociones con seres; amalgama y va creándose un conjunto que podríamos llamar El Frankenstein subjetivo, donde todas las partes se unen para obtener un todo con vida propia. Puede ser totalmente armónico, un pensamiento en el que todas las abstracciones concuerdan con realidades y se pueden transmitir, comunicar mediante lenguajes objetivos, un lenguaje que no deja nada por descubrir, donde todo el ser, la persona se transparenta.
Eso sería una mente totalmente sabia. Pero sabemos que siempre hay un residual intransmisible, cada mente tiene en su desván elementos que guarda bajo 7 llaves, que no pudo o no puede "razonablemente" coordinar y transmitir.
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Se dice que "Todo es según el cristal con que se mire" y ese cristal a través del que se mira es "cultura y educación". En el aprendizaje cada momento tiene una emoción distinta que fija los conocimientos como ser: beber agua, ver un vuelo de ave, oír un grito, un rugido, leer, estudiar, amar... Esa cultura y esa educación la transmite a cada uno el entorno social desde la mas tierna infancia hasta nuestro final y en el transcurso se va modificando y también intentamos modificar con actos volitivos.
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Desde lo subjetivo todo es intenso para cualquier persona. Tan intenso como toda verdad, es inocultable, siempre aflora. El hecho de ser muy positiva, a Ana le induce a ascender en forma permanente y no se permite llevar cargas inútiles por eso las va dejando en el camino y caen, solo queda una sola posibilidad de recuperarlas si fuere necesario. Todo cuanto atesora lo deja al alcance y siempre hay luz que le alumbra ese lugar, tiene muchas vivencias que nunca ha de abandonar… y esto que digo es común a muchas personas… esto me lo cuenta esta obra. Los destellos lumínicos están por todos lados y hacen de la obra una latencia que muestra todo "desde lo subjetivo", deja penetrar la luz desde arriba y se refleja hacia todos los rincones. Ana Iacono convive con los dorados y todas sus tonalidades hasta amarronarse o incluso llegar a colores muy oscuros… donde el subconsciente atesora secretos insondables, desconocidos, incluso para ella misma; más influyen en la conciencia sin que nos demos cuenta.
La obra, armónica conforme a sus vivencias, expone una belleza desconocida que invita seguir sus pasos, líneas y colores.
Antonio Guzzo - marzo28 2016
1 comentario:
No sabia donde comentar
No se qué decirte
Pero volveré sim
lugar a dudas
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