Irene
Raquel Gerschon
Capital Federal -
Argentina
I - De barrios
Tiempo
hendido al arco
siempre
aquí
como un
pliego clamado del baldío
la niñez
con el
rumbo tropezado por la inercia
desde
las matas que mastica el asfalto.
II - Pueblan
Vientos
en las salientes del río
cada
brazo arde
morteros
de sal
para
barrios henchidos en silbidos
que migran…
I - De ciudades
Entra en
esos lugares
que han
quedado aislados
para
respirar su llanto
sudado
de habitantes
perpetuos,
cotidianos
un aire
cautivo
tras las
puertas
enloquece,
asedia
en esos lugares
donde no
existimos
cada
resto
ha
sitiado el tiempo
en
fetiches que abrasan
temerarios
en generaciones inmóviles
y
siembran allí
las
ruinas de sus reposos.
II - De ciudades
Han
marcado escalas
atajos
en dúplex
despojos
por alojos
hileras
con relojes
retoños
de fractales
nevadas
sobre bloques erguidas.
Han
lacrado cruces al puerto
y
desbastan
una
línea dos… y así.
Así no
me quedo.
PONENCIA:
TRADICIÓN ORAL Y LO FANTÁSTICO
Irene R. Gerschon
Tradición
oral
Todos sabemos que la tradición oral constituye
desde los tiempos remotos el modo de trasmitir vivencias, conocimientos, y
modos de ser en los albores de las culturas. Generación tras generación hasta
nuestros días la oralidad ha ido creando vínculos intrínsecos entre adultos y
niños, se ha manifestado en
narraciones anónimas que se fundan en el conocimiento milenario de las
colectividades humanas. El autor no es un individuo sino el pueblo, la
comunidad o el conjunto de narradores orales anónimos: padres, abuelos,
familiares o representantes que cumplen esa función dentro del grupo; como
fueron los payadores en nuestro país, o poetas, juglares, cantores, bufones,
trovadores. Por eso se suele decir, lo que caracteriza a la literatura oral es
el autor colectivo o la carencia de autor.
Las poesías, canciones, cuentos, leyendas,
relatos, mitos, fábulas, hasta aforismos, adivinanzas, nanas o refranes son
algunos ejemplos de literatura oral
Se va formando así, un corpus de saberes donde el
imaginario colectivo impregna fundando mitos, religiones y filosofías hasta
llegar al conocimiento científico
Desde este lugar, la tradición oral adquiere un
gran valor como fuente de información en la trasformación de los pueblos, sus
historias, costumbres y creencias. Pero también nos conecta con lo literario.
¿cómo no contar si no es a través de nuestras entrañas, aquello que nos
conmueve, nos atemoriza o nos sorprende?
.
Explorar esta historia oral y la literatura oral,
a manera de una introducción, será el propósito de esta ponencia.
Desde el comienzo
la caza y la recolección, luego la agricultura y la ganadería, existieron como
las primeras actividades que el hombre ha realizado en comunidad. La
comunicación fue creando el espacio para reflexionar sobre el mundo, lo
enigmático, el origen de las cosas, la omnipotencia de la naturaleza, los
animales, el desarrollo y cambios de los seres vivos y el hombre en particular.
Los viajantes relataban historias o asuntos relacionados con las guerras. El
tema fundamental, aparece referido a la muerte, el enigma que desencadena los
otros interrogantes. La vulnerabilidad con la que nacemos nos arroja al mundo
que nos antecede y subyuga.
Para dar una
explicación a todo aquello que no se comprende o se teme, el ser humano
necesitó evocar a su imaginación para dar sentido, orden a la existencia. La
subjetividad de estas actividades mentales nos dejó enseñanzas, trasmitió
vivencias y comenzaron a florecer las primeras narraciones orales.
Son imaginarios en
las representaciones de lo vivido a nivel personal, biografías o historias de
otros. Lo fantástico construye una creación colectiva de diálogos, indicaciones
dramatúrgicas referentes a un libreto oral.
Van fundando lo
mitológico como respuesta al origen de las cosas; creencias tan fuertes que lo
fantástico se instala como una fuente del saber y como recurso de memoria y
participación subjetiva de cada generación, Esto no significa desconocer que la
civilización apareja otro aspecto que es el poder, desde el cual se manipula e
instrumenta sobre las costumbres, religiones, filosofías y formas de pensar.
Las primeras
narraciones que se conocen están escritas en verso, donde participa la memoria
y ciertas pautas establecidas pero también facilitando la particularidad del
narrador, su impronta que sumado a elementos kinésico-proxémicos, de entonación
y prosodia, comienzan a formar los modos de decir ante distintas audiencias.
¿Cómo no contemplar en esta riqueza de decires la fuerza de lo fantástico? Es
el corazón que recorre la oralidad porque el pasado transita en el presente
cargado de vivencias: las voces de los narradores imprimen imágenes subjetivas
y arman un colectivo en memoria, concepciones, admiración y anhelos como así
también preservación o justificación ante el temor a lo desconocido. La
oralidad confiere al hombre diversos sentidos, cosmovisiones, proyecciones y
concede imaginarios geográficos.
Los narradores
orales de los pueblos eran, por tanto, muy apreciados y el pueblo gustaba de
oírlas. Eran embellecidas, modificadas, complementadas de acuerdo a las
características de los narradores y las exigencias de las audiencias. Más tarde
las distintas generaciones fueron adicionando o inhibiendo elementos, es decir,
conformaron una dialéctica de relatos escuchados- narrados. Hoy por hoy también
vivimos esta combinación, retroalimentada por la tecnología, los medios de
comunicación y nuevas relaciones que incorporan la globalización como elemento
interesante a profundizar.
Por eso cuando decimos oralidad la
literatura se abre en la voz del que narra, se extiende y combina pasado,
historia contada y presente.
A mi criterio la
oralidad constituye un acervo que genera huella desde la infancia y perdura de
manera única en la adultez. Esta potente apropiación va más allá de transmitir o
reproducir un discurso oral que se instaura en ficcionalidad literaria, se
estampa y desarrolla con la literatura escrita. Hoy en día lo oral y lo escrito
presentan un mosaico de interlocuciones muy interesantes para un estudio más
profundo. Observemos por ejemplo las jergas juveniles o las impulsadas por los
medios de comunicación tanto en adultos, jóvenes o niños.
Breve
recorrido literario histórico social
En general, se reconoce al escritor
francés Charles Perrault
(1628-1703) como el principal difusor del personaje de Mamá Oca. En 1697 publicó su libro de
relatos más conocido, Histoires ou Contes du Temps passé (Historias
y Cuentos de Tiempos Pasados), que subtituló como Les Contes de ma Mère
l'Oye (Los Cuentos de mi Madre la Oca), nombre con el que
fueron conocidos y traducidos a numerosos idiomas. El personaje de Mamá Oca es empleado por Perrault en su
libro como el de un falso autor de los cuentos, instrumento que le permite
entroncar directamente con la tradición oral francesa, que reconocía a Mamá Oca como autora de los relatos
infantiles, y acercarse así al lector.
En
realidad el significado de Mamá Oca
fue dado a las mujeres del campo supuestamente creadoras de las historias y
poemas orales. Si bien no hay ningún escritor
específico identificado con tal nombre, la primera mención conocida aparece al
lado de una crónica versificada de eventos semanales, que apareció regularmente
por años, en La
Muse Historique de Jean Loret en 1660: comme un
conte de la Mere Oye ("como
un cuento de Mamá Oca").
Otro ejemplo de tradición oral que llega a la literatura escrita
es El traje del emperador. La versión
de Andersen está basada en una historia española
recopilada por el infante Don
Juan Manuel en El conde Lucanor un libro de cuentos moralizantes
escrito entre 1330 y 1335. Andersen no conocía el original español,
pero había leído una traducción al alemán titulada: Así es el
discurrir del mundo, y en ella se basó
para escribir su versión. Se pueden
encontrar variantes de la historia ampliamente dispersas por el globo, incluyendo
versiones de la misma en Sri Lanka, Turquía y la India
En el cuento original, al rey le engañan unos tejedores que dicen
hacer un traje invisible para cualquier hombre que no sea hijo de su presunto
padre. Andersen quiso evitar referencias subidas de
tono en su trabajo y alteró la historia de origen para dirigir el foco hacia el
orgullo y la vanidad intelectual cortesanas en lugar de la paternidad adúltera.
En el caso de los Hermanos Grimm gran parte de las historias orales
fueron conseguidas a través de una o varias mujeres hugonotes (eran
protestantes franceses de origen calvinista). Titularon su libro: Cuentos
para la infancia y el hogar en dos volúmenes de1812 y 1815 con edición ampliada en 1857
Particularidades
del quichua
l Runa Simi, se le dice al Quechua o Quichua.
Hoy en día, se extiende por Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina, lo hablan
alrededor de 8 millones de individuos. También en otros países cuando se
producen migraciones por trabajo usan el quichua porque no conocen otro idioma.
En Buenos Aires y Tucumán es una lengua que ha desaparecido
El
primer antecedente que se conoce data de 1770 cuando el rey Carlos III prohibe
el uso del habla reinante en estas tierras. Tan es así que esta lengua
desaparece en Tucumán y otros centros urbanos del NO argentino en las primeras
décadas del siglo XIX.
Sin embargo se sabe que el quichua fue (entre
otros que conocemos como el guaraní) el medio indiscutible que permitió la
comunicación entre conquistadores y nativos para concretar la dominación de
estos últimos.
Luego
en la segunda década del siglo XIX la política adoptada en función de la
unificación nacional determinó la desaparición del quechua en Catamarca, La
Rioja y Salta.
Santiago del Estero será la provincia que
conservará el idioma manteniendo las dos lenguas. Al modo de ver de Mario C. Tebes y Atila Karlovich F. el
quichua se usaba como lengua en el orden privado, en el trabajo y en el
comercio local como vehículo de comunicación oral y el castellano fue utilizado
como el lenguaje oficial, escrito y ceremonial. Del conocimiento que llega de
mi familia lo dicho sigue pasando en la actualidad.
Desde la época de la conquista, según estos
autores, el castellano se identificaba con la argentinidad y el quechua con la
condición inferior de indios y extranjeros. La represión de la lengua por parte
de la escuela como agente hegemónico para la nueva conformación de la
Argentina, infundió desde la subjetividad y buenas costumbres, considerar
inferior a quienes lo usaban. Esto generó un denominador común en la mayoría de los
santiagueños que no pertenecían a las clases dominantes, un sentimiento de
vergüenza a la lengua materna con la cual se identificaban desde sus propias
vivencias y sentires.
Domingo
A. Bravo, maestro de escuela, autodidacta como
lingüista comienza a introducir el dialecto santiagueño en el ámbito académico
alrededor de 1950. Su última publicación contiene una colección de relatos
orales “Estado actual del quichua
santiagueño”.
Por otro lado Sixto Palavecino, nacido en Barrancas Departamento de Salavina de
origen campesino le da un empuje y rescata del olvido colectivo con su música y
canciones. Es famosa la chacarera doble Penqakus
kawsaq krani. (Penqakus kausani; la traducción sería: Vino teniendo vergüenza). Allí se refiere a la memoria colectiva,
la personal, el desamparo de la marginación y la vergüenza de lo propio.
Palavecino junto a otros músicos e intelectuales quichistas funda El Alero Quichua Santiagueño. Es la
figura que trasciende como músico pero también como defensor de la cultura
quichua. “es evidente que su estética
nunca rebasó el umbral de la oralidad”
Nuevamente es la poesía la que se impone como
género originario en esta lengua oral. Los cancioneros bilingües parten de
rimas infantiles y adivinanzas, coplas que acompañan a la música. Son de
autores anónimos y cantores populares semiprofesionales.
También se rescata una narrativa tradicional
desde la literatura quichua, a través de anécdotas, ya sea de relatos de miedo,
vinculadas a leyendas, otras dedicada a cuentos de animales (como protagonistas
se encuentran el alma mula, el zorro don Juan, burlador de su tío el tigre, el
diablo burlado, el zorro Juancito, entre otros). Figuran además, diálogos,
relaciones de costumbres antiguas, testimonios personales. Sus autores son “gente de campo”.
Los
cuentistas y versificadores improvisaban sobre el contexto que los rodeaba y no
sobre un texto a escribir. La ambientación podía ser una reunión, una mateada
con guitarras, un acontecimiento importante o cuando una familia invitaba a
todo el pueblo a su casa con empanadas. En este marco, la creatividad y lo
imaginario nutrían lo fantástico como escenario para la escucha, el asombro y
la comunión que conforma el compartir un “nosotros”
que atesora nuestras fuentes y el respeto de una cultura negada. Estas costumbres aún existen hoy en
día.
Como
docente pienso que la oralidad establece un rol excepcional en la constitución
de la zona de desarrollo próximo del
que habla Vigotsky para el desarrollo
de la subjetividad contenida por el afecto y el arraigo de nuestra identidad.
El rescate de las memorias, el recorrido por lo negado. La reflexión sobre
nuestro patrimonio cultural nos dignifica como hacedores del presente y ejemplo
de lucha para los futuros jóvenes
IRENE RAQUEL GERSCHON Nació en Capital Federal. Ejerce allí como docente y bibliotecaria
especializada en Literatura Infantil y Educación por el Arte. Trabajó en Gran
Bourg, José C. Paz, (Provincia de Buenos Aires), Trelew (Chubut) y en la
biblioteca de La Sociedad Científica Argentina. Participó en defensa de los
derechos docentes. Poeta desde muy joven y artista plástica (estudió en el
IUNA); realizó exposiciones y talleres Plástico-Literarios para niños en el
Colegio La Obra, La Casa de la Lectura (con escuelas municipales y público en general)
y en la Feria del Libro Infantil (2011). Organiza en las bibliotecas escolares,
talleres literarios, de lectura, radio y teatro para niños desde 1994 hasta la
actualidad. Participó en el II, III y IV Encuentro Internacional Comunitario de
Escritores de San Juan. Investiga sobre arte digital y poesía visual. Su obra
se mantiene inédita.
En
la República
de Ecuador, el Quechua (los ecuatorianos lo llaman Quichua), la cantidad de
hablantes supera los 2.233.000. En Perú, por Decreto Ley N° 21.156, cuando el
gobierno del general Juan Velasco Alvarado, el Quechua adquiere rango de Lengua
Oficial de la República,
al igual que el castellano, y se reconocen seis variedades dialectales: Ancash
- Huaylas, Cajamarca – Cañaris, Junín – Huanca,
Ayacucho – Chanca, Cusco – Collao y San Martín. Es en el Perú, en donde
encontramos la mayor cantidad de quechuahablantes: 4.402.023. En Bolivia, es hablado por
1.594.000 personas en los departamentos de Cochabamba, Chuquisaca, Oruro y
Potosí, mientras que en Argentina el Quechua sólo es hablado como lengua nativa
por 150.000 personas, principalmente en los departamentos ubicados en la
mesopotamia Santiagueña, región ubicada entre los ríos Dulce (Mishki mayu) y
Salado (Kachi mayu), en la provincia de Santiago del Estero.
Fuente
http://www.argentina.indymedia.org/news/2004/01/166925.php
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