imagen del encabezamiento: Yañez

Bienvenida



Necesitamos compartir, necesitamos comprender, y solo podemos hacerlo mediante la palabra y toda otra forma de comunicación gráfica, gestual; que ingrese por nuestros sentidos, que emitan nuestros labios, nuestras manos, el cuerpo todo.

Para nosotros, para las personas, la comunicación fundamental, principal, se realiza por medio de la palabra, sea oral o escrita. Vivimos en un océano de palabras y señales comunicativas y la falta de ellas es como la falta de oxígeno a la vida. Sin ellas empobrecemos y en soledad podemos llegar al extremo de morir por ausencia de comunicación que en definitiva es ausencia de cariño, de amor; porque el opuesto, el odio, o simplemente la indiferencia, no permiten las palabras, no permiten la conexión, la comunicación. Solo se comunica, solo se habla cuando se desea comprender, cuando hay un principio de amor. Para ello, para compartir y comprender proponemos estas TARDES DE MATE Y CUENTOS; en ellas trataremos de alimentarnos de palabras, conocerlas y reconocerlas para llegar a tener una mejor comunicación, una riqueza y soltura del lenguaje.

Antonio G. Guzzo


viernes, 9 de julio de 2010

El argentino y la metafisica - Ernesto Sabato










Regresando a esta entrada del día 28/06/2010


http://tardesdemateycuentos.blogspot.com/2010/06/ernesto-sabato-jorge-l-borges.html
Donde ingresamos al tema de los ensayos, aporto esta parte de uno de ellos que es el inicio sobre "Los dos Borges"

El argentino y la metafísica
de Ernesto Sábato (Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo)

"... Observadores europeos superficiales pueden suponer tan absurda una literatura de acento metafísico en la Argentina como la fabricación de ciclotrones en Laponia.

Esperan de nosotros la descripción de salvajes cabalgatas de gauchos en la llanura, solicitan o anhelan el exotismo y el color local. Lástima. Aparte el pequeño detalle de que nuestra literatura más importante sale de una ciudad monstruosa, cada uno de cuyos siete millones de habitantes está totalmente desprovisto de caballos y pampa, hay varias circunstancias históricas que explican la propensión metafísica de nuestros escritores desde los mismos orígenes; tal como sucedió en el otro extremo de América, en obras como Moby Dick, y por motivos parecidos.

Tanto los anglosajones en el norte como los españoles en esta parte de la América del Sur se encontraron en llanuras inmensas en las que, a diferencia d e Perú o México, no existían poderosas civilizaciones sino tribus nómades y primitivas. Mientras los mayorazgos de la nobleza hispánica se instalaban en las cortes de Lima o de México, aquí llegaban los amargados segundones para probar fortuna en este gigantesco territorio vacío, en este paisaje abstracto y desolado. Y así como las tres religiones occidentales surgieron en solitarios hombres enfrentados con el desierto, aquí comenzó a desarrollarse ese temperamento metafísico y meditativo que tipificaría el gaucho de nuestras estepas, en medio de esa metáfora de la nada y de lo Absoluto que es la llanura sin límites ni atributos.

La fragilidad de los centros urbanos contribuyó a incrementar ese sentimiento de la finitud y de la transitoriedad. Ya en el Facundo de Sarmiento, escrito a mediados del siglo pasado, se advierte ese terror cósmico al espacio; mucho del odio o de la fobia nocturna e infantil que manifiesta contra el desierto y la barbarie no es otra cosa que la expresión de los sentimientos que experimenta un hombre cuando en medio de lo desconocido y las tinieblas busca la seguridad de la cueva. La Civilización (que él escribía así, con mayúscula) le proporciona el Orden, el Sistema, la Seguridad ante la nada y la oscuridad primigenia. Buscaba en el ciencia positiva, en la fuerza material de la locomotora, en la rápida comunicación del telégrafo la (candorosa) defensa contra los demonios que despertaban de noche en lo más profundo de su alma de americano. Facundo es la biografía de un jefe feudal, en quién él personifica la Barbarie. Y con violenta genialidad, pero con pueril astucia, proyecta contra ese caudillo, que es su alter ego, los exorcismos que en rigor están destinados a su propia alma poseída por los demonios.

Sobre estas condiciones iniciales van a suceder todavía acontecimientos que acentuarán esa propensión espiritual del argentino. Terminadas las guerras civiles, derrotados los caudillos del interior por los doctores de Buenos Aires, se inicia la Era del Progreso. Se abren las puertas a la inmigración europea, se fomenta la agricultura y la ganadería, el ferrocarril y el telégrafo empiezan a cubrir el país y el gaucho comienza a ser una raza exiliada en su propia patria. Una nueva sustitución de valores se produce.

Pocos países en el mundo deben de haber en que se hayan producido en tan corto tiempo tantas sustituciones de valores y jerarquías, y con ellas, un tan reiterado sentimiento de transitoriedad y de nostalgia.

Primero fueron los conquistadores, que liquidan un sistema de vida indígena y que al mismo tiempo añoran su tierra remota; luego los indios que pierden su propio sentido de vida y añoran la libertad perdida; más tarde, el gaucho desplazado de su propia condición por el emigrante agricultor; simultáneamente, los viejos patriarcas criollos que ven reemplazar los viejos valores de la generosidad y de la cortesía, del desinterés, por una civilización materialista y despiadada; y por fin en los emigrantes que han abandonado un tipo de vida y añoran la tierra de sus antepasados, abandonados para siempre en este continente desconocido.

Y no habíamos terminado de definir nuestra nacionalidad cuando el mundo del que surgíamos empezó a derrumbarse en la mayor crisis que registra la historia. Y, para mayor desdicha, a esa fractura en el tiempo, que es general a toda civilización de Occidente, se une aquí una fractura en el espacio, pues no somos ni exactamente Europa ni exactamente América. Estamos así en el fin de una civilización y en uno de sus confines. Doble fractura, dobre crisis, doble motivo de angustia y problematicidad.

Que los europeos que ignoran este complejo proceso se sorprendan de la índole metafísica de nuestra mejor literatura, es comprensible. Más singular es que se sorprendan los argentinos, que lo viven. Pero también tiene su explicación. Cierto tipo de nacionalista de derecha que añora una Argentina químicamente pura, quiere que sigamos escribiendo de los (inexistentes) gauchos. Y ciertos nacionalistas de izquierdas nos dicen que los problemas metafísicos son propios de una vieja civilización europea, que los utiliza en una literatura decadente junto a morbosos complejos. Según esta singular doctrina, el "mal metafísico" sólo puede acometer a un ciudadano de París o Praga. Y si se tiene presente que ese mal es consecuencia de la finitud del hombre, hay que concluir que para esos delirantes la gente se muere sólo en Europa, estando habitado este territorio por inmortales folclóricos.

Por el contrario, si la transitoriedad de la existencia es el hecho que alimenta esa preocupación metafísica, aquí tenemos más motivos para sentirla que en el viejo continente, pues somos más transitorios. En una ciudad caótica levantada sobre la nada, un conglomerado que pasó en medio siglo de doscientos mil habitantes a siete millones (fenómeno sociológico único en el mundo), en una ciudad en que ni siguiera estamos respaldados por ese simulacro de la eternidad que son los monumentos milenarios del pasado, ¿cómo es posible que una literatura profunda pueda no ser metafísica?

Y la prueba de que esta angustia no es cosa de intelectuales sofisticados y europeizantes, como esos críticos pretenden, es que la encontramos hasta en ese humilde suburbio de la literatura que son los letristas de tango: también ellos hacen metafísica, sin saberlo. Es que para esos críticos, la metafísica parece que se encuentra solo en bastos y oscuros tratados de profesores alemanes, cuando, como decía Nietzsche, está en medio de la calle, en los sentimientos y angustias del pequeño hombre de carne y hueso.

El crecimiento violento y tumultuoso de Buenos Aires, la llegada de millones de seres humanos esperanzados y su casi invariable frustración, la nostalgia de la patria lejana, el resentimiento de los nativos contra la invasión, la sensación de inseguridad y de fragilidad en una realidad que se transformaba vertiginosamente, el no encontrar un sistema seguro de valores, todo eso se manifiesta en la filosofía del tango. Melancólicamente dice: Borró el asfalto de una manotada, la vieja barriada que me vió nacer...

El progreso casi maniático de nuestros dirigentes educados en el Iluminismo no dejó piedra sobre piedra. Qué digo: no dejó ladrillo sobre ladrillo; material éste técnicamente más deleznable y, como consecuencia, filosóficamente más angustioso. Nada permanecía en la ciudad fantasma. Y el poeta popular canta su nostalgia del viejo Buenos Aires: Las voces que ayer llegaron y pasaron y callaron ¿dónde están?.

Como nadie en Europa, el hombre del tango siente que el Tiempo pasa, y con él la frustración de todos los sueños y la inexorable muerte. Y cuando siente que llega, murmura sombríamente con siniestra arrogancia de porteño solitario: yo quiero morir conmigo, sin confesión y sin Dios, crucificado en mi pena, como abrazado a un rencor.

Ortega y Keyserling advirtieron la "tristeza argentina" e intentaron encontrarle explicación. El tango es su máxima y menos intelectualizada expresión. Discépolo, creador de alguno de los tangos más ilustres, existencialista avant la lettre, dio la más perfecta definición de nuestra canción popular diciendo que "es un pensamiento triste que se baila". Aforismo en que hay dos palabras claves para juzgar el alma de Buenos Aires: pensamiento y tristeza. Que una danza tenga que ver con el pensamiento es rigurosamente insólito..."

http://www.campopsi.com.ar/literat.htm

luego  continauré en la busqueda  completa de este ensayo y de las consideraciones  sobre  "ensayo" desde el punto de vista literario.
Saludos

Reedito esta entrada para agregar  enlace a : http://tardesdematesycuentos-mariobenedetti.blogspot.com/
donde  figura  el poema "Los Gauchos" de Jorge Luis Borges

8 comentarios:

Cecilia dijo...

Magnífico inicio !
Es para leer, indagar, pensar, asociar ..y leer más.
Gracias Antonio por esta búsqueda superior.

Encontré un video interesante, creo, y muy atractivo - para mi gusto.

http://www.youtube.com/watch?v=CZGQWVkI0B8

La obra "Borges y el Infinito Tango", une diversos escritos de Jorge Luis Borges,con Tangos en guitarra de todas las épocas.Como si fuera una conversación. Fue estrenada en Noviembre de 2007,y fue filmada por el canal Ciudad Abierta el viernes 7 de marzo de 2008 en la biblioteca Ricardo Güiraldes.

Un patio

Con la tarde
se cansaron los dos o tres colores del patio.
Esta noche, la luna, el claro círculo,
no domina su espacio.
Patio, cielo encauzado.
El patio es el declive
por el cual se derrama el cielo en la casa.
Serena,
la eternidad espera en la encrucijada de estrellas.
Grato es vivir en la amistad oscura
de un zaguán, de una parra y de un aljibe.

Fervor de Buenos Aires
J.L.Borges

Myriam dijo...

Es anterior a los tangos y milongas que escribió Borges y me ha interesado repasar Facundo, obra cumbre de Domingo F.Sarmiento.

No es motivo de este trabajo, por éso solo una referencia:

Facundo (Civilización y Barbarie)

Género y estilo
El crítico y filósofo español Miguel de Unamuno comentó sobre el libro: «Nunca tomé Facundo de Sarmiento como una obra histórica, ni creo que pueda ser evaluada en esos términos. Siempre la consideré una obra literaria, una novela histórica».[69] Sin embargo, Facundo no puede clasificarse como novela o en un género literario específico. Según González Echevarría, el libro es «un ensayo, una biografía, una autobiografía, una novela, una epopeya, una memoria, una confesión, un panfleto político, una diatriba, un tratado científico y una guía».[6] El estilo de Sarmiento y su exploración de la vida de Facundo unifican las tres partes en que se divide la obra. Incluso la primera sección, que describe la geografía de Argentina, sigue este patrón, ya que Sarmiento declara que Facundo es un producto natural de su entorno
El libro también es en parte ficticio: Sarmiento utiliza su imaginación además del rigor histórico para describir a Rosas. En Facundo, el autor incluye su opinión de que la dictadura de Rosas es la causa principal de los problemas de Argentina. Los temas como la barbarie y la crueldad que se desarrollan a lo largo del libro son, para Sarmiento, meras consecuencias del gobierno ejercido por Rosas.
Para respaldar sus opiniones, Sarmiento utiliza estrategias propias de la literatura.

de wikipedia

Esta investigación no se agota, de momento. Cada tema profundizado nos da idea de la dimensión que lleva.
Muchas gracias Antonio y tod@s.
Un abrazo.

ANTONIOGUZZO dijo...

Myriam, todo tiene que ver... está exelente tu hallazgo donde vemos que también El Facundo tiene bastante de Ensayo, entre otras clasificacones literarias. Ademas está tratado/comentado dentro del ensayo de E. Sábato.
Saludos abrazo

Cecilia dijo...

Vengo de TMC-L de Luis, Antonio.
Tu propuesta sobre el Ensayo de Sábato ha sido disparadora de muchas búsquedas.
Interesantísimas todas, Gracias !!
un abrazo

MaBy dijo...

di una vuelta x los grupos,
y esta todo muy interesante
hay mucho para leer y aprender
gracias

saluDos

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Antonio, interesante ensayo de Sábato, pero no sé, realmente, si en la actualidad somos tan metafísicos.

Él sí es metafísico, pero la mayoría de los argentinos somos otra cosa indefinible... jeje

¿Viste cómo está olvidado Sábato? Algunos dicen que lo "ningunean".

Te felicito por la belleza de tu blog.

Saluditos.

ANTONIOGUZZO dijo...

Hola Marta Alicia Pereyra Buffaz, me alegro te agrade Tardes de Mate y Cuentos.
Es como dices, no sabemos cuanto de metafisicos tenemos

en la actualidad pero es una cualidad, una actitud que nos

ha marcado como asi tambien las olas migratorias,el

crecimiento desordenado, la calidad de segundones de los

conquistadores llegados a estas tierras etc etc, y creo

que siempre sera bueno para las distintas generaciones no

solo saber nuestra historia sino tambien conocer nuestros escritores y sus opiniones y formas de pensar... Este espacio esta dedicado fundamentalmente a la lectura a las obras literarias, clasicas, contemporaneas, modernas y variadas...

Creo que ningun autor esta desactualizado para ser leido

con ojo ávido y curioso... y en lo personal creo que la

mayoria de los escritores tienen una cúspide de creatividad

y popularidad y en pocos casos coinciden con su madurez

biológica .
TMC quiere multiplicar los grupos de lectura y si se dan en forma presencial seria mejor, esa fue la idea original, grupos presenciales que se den un paladin y establezcan sus reuniones y sus preferencias de lectura y si cabe hacer sus propios talleres....
Bueno Marta Alicia no se si has podido visitar los dos grupos que me acompañan TMC Mario Benedetti y TMC Leopoldo de Luis qu e sumados a los blogs personales de los integrantes se desarrolla una hermosa comunidad en permanente movimiento... te digo que en esto todos estamos aprendiendo... tambien solemos experimentar creacion literaria en linea, es algo que surgio espontaneamente....
Esperamos tus visitas asi como regresaremos asiduamente a tu blog que tiene una vivacidad atrayente y muy creativa...
De alguna manera interactuaremos paso a paso
abrazos

Isabel Radi dijo...


Precioso Blog con mensajes acertados , profundos y expresados con gran belleza.