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Bienvenida
Necesitamos compartir, necesitamos comprender, y solo podemos hacerlo mediante la palabra y toda otra forma de comunicación gráfica, gestual; que ingrese por nuestros sentidos, que emitan nuestros labios, nuestras manos, el cuerpo todo.
Para nosotros, para las personas, la comunicación fundamental, principal, se realiza por medio de la palabra, sea oral o escrita. Vivimos en un océano de palabras y señales comunicativas y la falta de ellas es como la falta de oxígeno a la vida. Sin ellas empobrecemos y en soledad podemos llegar al extremo de morir por ausencia de comunicación que en definitiva es ausencia de cariño, de amor; porque el opuesto, el odio, o simplemente la indiferencia, no permiten las palabras, no permiten la conexión, la comunicación. Solo se comunica, solo se habla cuando se desea comprender, cuando hay un principio de amor. Para ello, para compartir y comprender proponemos estas TARDES DE MATE Y CUENTOS; en ellas trataremos de alimentarnos de palabras, conocerlas y reconocerlas para llegar a tener una mejor comunicación, una riqueza y soltura del lenguaje.
Antonio G. Guzzo
sábado, 17 de octubre de 2009
LEER
Si bien estamos en la textualidad, en la oralidad, veamos todas estas otras formas... ...para seguir viviendo
Publicado en el Diario del Alto Aragón el día 2 de Agosto de 1998: (por Mariano Coronas Cabrero)
"Leer un libro requiere descifrar unos códigos, dar significado a unas palabras, interpretar unas frases e imaginar historias. La vista y el cerebro se sincronizan para que todo ello adquiera un satisfactorio significado y la lectura nos resulte interesante y placentera, empape nuestros sentimientos, dispare y cultive nuestra imaginación.
Pero, no es de la lectura de libros de lo que quería hablar hoy, sino de otras lecturas que también están al alcance de nuestros sentidos; una lectura para la que no hacen falta libros, ni posiciones especiales, ni lugares concretos, porque siempre tendremos la posibilidad de:
Leer la mirada de un niño; leer las arrugas de un rostro; leer las huellas en el suelo del bosque; leer la alfombra amarillenta del otoño; leer la explosión de vida de la primavera; leer una noche estrellada; leer un esfuerzo colectivo; leer el relámpago y el trueno; leer un trabajo solidario; leer una mejilla perfumada; leer la profundidad de un beso; leer la fuerza del río; leer un viejo tronco carcomido; leer el viento de marzo; leer la fertilidad de la tierra; leer la rebeldía; leer los sueños nocturnos; leer el canto de los pájaros; leer el silencio de la noche; leer la fuerza de la costumbre; leer el susto y el sobresalto; leer el horizonte de las montañas; leer la esperanza de la lluvia; leer el comportamiento del solitario; leer el significado de un abrazo; leer un gesto o una sonrisa; leer un rostro de tristeza; leer la suavidad de una caricia; leer un apretón de manos; leer la luna llena; leer las silenciosas pisadas en la nieve; leer el vuelo de una paloma; Leer la salida del sol; leer el sonido de las campanas; leer el aullido del perro; leer unas manos que han trabajado; leer un cuerpo compañero; leer la profundidad de tus ojos; leer el color de los prados; leer la brisa fresca de la mañana; leer el amanecer de un nuevo día; leer, leer, también sin libros descifrando códigos con todos los sentidos, para que nuestra sensibilidad crezca y nuestra imaginación se torne fecunda, para mantener un nexo de unión entre la realidad que vivimos y el necesario mundo de los sueños; para saber quiénes somos y qué o quiénes hay a nuestro alrededor; en definitiva, leer para seguir viviendo".
http://webalia.com/opiniones/leer/gmx-niv66-con3259.htm
3 comentarios:
Si nos detuvieramos más a menudo en las cosas sencillas, si dejáramos más a menudo "hablar a nuestro propio cuerpo", nos sorprenderíamos de lo que es capaz de decirnos; seguramente entraría en contradicción con lo que la razón opina...
Bss,
Malena (kamariaaamori.blogspot.com)
Muy bueno lo que has puesto. Y es muy cierto, si leyéramos cada una de esos momentos que dicen las frases, seríamos más sabios. Nos daríamos cuenta de lo afortunados que somos al poder observar las cosas. Aprenderíamos de ellas. Y sabríamos cuando nuestro cuerpo nos está avisando de que algo no va bien. Sabríamos interpretar las miradas de las demás personas, los gestos en la cara, las posturas del cuerpo, y con ello aprenderíamos a escuchar nuestro propio cuerpo.
Saludos
Leer, a través de los gestos, la mirada , un silencio, una caricia...leer más allá de las palabras, conocer a los demás y llegar a conocernos a nosotros mismos. Un gran abrazo querido Antonio, cuando pueda estaré por aqui .
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